viernes, 7 de marzo de 2008

CULTURA GENERAL DESDE LA PAG 21

Olvidado entre los bautistas de la nación, Servando debió parecerles de desagradable memoria una vez que apareció en un pudridero de frailes. Indiferente a esos trasiegos, el cronista de El Monitor Republicano habla con cierto detalle de las momias: Los cadáveres se encuentran en muy buen estado de conservación; son notables por el tamaño; uno de ellos conserva los zapatos y medias y todos están vestidos con las ropas con que los sepultaron. El doctor José Thunus, que los exhibe, ha formado un catálogo de objetos del Panóptico, bajo el rubro de "Tristes restos de un Pasado Tenebroso", señala así las momias: "# 86 Momia natural de una persona que sufrió el tormento del fuego. "# 89 Momia natural de una persona que sufrió el tormento del agua. "# 90 Momia natural de una persona que sufrió el tormento de la rueda. "# 91 Momia natural de una persona que sufrió el tormento de la pera de la angustia, instrumento que le torció los nervios de la carne, por cuya causa ya no podía cerrar la boca. Estas cuatro momias son únicas en Europa: fueron descubiertas en 1861 en el Convento de Santo Domingo en la ciudad de México. Se encontraron en una pared de cuatro metros de espesor; la falta de aire y sequedad ha sido la causa de su conservación. Según opinión de médicos legistas esos cuatro personajes vivieron durante la segunda mitad del siglo pasado. El catálogo charlatán del "gabinete del doctor Thunus", como lo llama Molina, al presentar esas momias naturales como cadáveres de víctimas de la Inquisición, no deja de hacerle algún honor a Fray Servando. El pendón de la Leyenda Negra se inclinaba con picardía ante uno de sus críticos acérrimos, huésped dominico de una Inquisición que, lejos de torturarlo, le permitió escribir, predicador momificado llamado como testigo del juicio final. Al bautizar su circo como "Gran Panóptico de la Inquisición", el doctor Thunus coloca a Servando entre dos torres antagónicas. En ese tablero, nada más disímil que el Panóptico y la Inquisición. La cárcel, taller o fábrica diseñada por Jeremy Bentham, el corresponsal de Blanco White cuyas teorías Bolívar quiso aplicar en la Gran Colombia, es un ojo que todo lo mira, asociando el grado máximo de felicidad con la vigilancia más estricta. Ante esa sala lucífuga, el poder inquisitorial contrapone el secreto, los murmullos y la confesión, una sombra que persigue y refresca a Servando. El Panóptico de Bentham es una de esas invenciones ilustradas que Mier tan sólo miró de reojo mientras saltaba del Barroco al republicanismo colgado del deshilachado paraguas verde de la picaresca. No veo llegada la hora de dar cuenta de este mamotreto en pocas palabras, y salir de esta abominable y frailuna lectura sin perder la cabeza. Antes de que ello ocurra comentaré una novedad presentada en su ficha por el doctor Orellana: la narración de cómo Servando se habría reconciliado con la Orden de Predicadores en diciembre de 1827. Conociendo el padre Mier que se aproximaba su muerte, por los graves síntomas de la enfermedad que padecía del pecho, anduvo él mismo convidando para sus sacramentos a todos sus amigos y a la comunidad de Santo Domingo, quienes presenciaron su grande ternura y devoción al recibir el sagrado viático, quedando todos muy conmovidos al escuchar el elocuente discurso que improvisó en aquel acto, contraído a sincerar su conducta pasada, retractar formalmente los errores en los que hubiera incurrido y a pedir con el mayor encarecimiento el hábito de su religión, en cuyo seno protestaba que quería morir. Tres días después de esta sagrada ceremonia, el 27 de diciembre de 1827, falleció el P. Dr. Mier, a la edad de 64 años, siendo enterrado su cadáver la tarde del día 28, en uno de los sepulcros de los religiosos dominicos, quienes le hicieron unas magníficas exequias, a las que concurrieron el cuerpo diplomático e innumerables personas de distinción, presididas por el vicepresidente de la República, D. Nicolás Bravo. El día 13 de mayo de 1842 se exhumó el cadáver de este hombre respetable, el que habiéndose encontrado en perfecta desecación, se mando colocar en el osario del convento, en el primer lugar del lado de oriente. Aunque equivoca la fecha del deceso de Servando, el doctor Orellana toca un punto ignorado en las relaciones de su muerte. Tras declararse una y otra vez ex fraile, y habiendo planeado él mismo su periplo hacia la tumba, es notable que desconozcamos en qué momento decidió reintegrarse a la Orden de Predicadores en calidad de difunto, ocupando un lugar entre los sepulcros del Convento de Santo Domingo. Existe la posibilidad de que ese entierro haya sido decisión del régimen. Pero por la puntillosa atención que puso el fraile en su trance, la idea me parece remota, como sospechoso que Ramos Arizpe y Nicolás Bravo, conociendo la insistencia de Servando en darse por secularizado, no hayan decidido, ante una probable ausencia de instrucciones, enterrarlo en la bóveda de los Reyes de la Catedral Metropolitana, como lo habían hecho, el 17 de septiembre de 1823, con Hidalgo, Morelos y otros héroes de la insurgencia, en lo que fue la primera panteonización mexicana./ El entierro en Santo Domingo, tiendo a pensar, fue la última voluntad de Mier, quien se cuidó de publicitarla, temeroso de explicitar públicamente su reconciliación. Acaso el testimonio del doctor Orellana, siendo el único, sea verídico. Pero por el piadoso esmero con que el autor colorea a "esa comunidad de Santo Domingo", reducida en el invierno de 1827 a unos cuantos ancianos, y aun así, dispuesta a brindarle unas "magníficas exequias" a Servando, me inclinaría a creer que tras Orellana se ocultaba, si no la pluma, al menos los intereses de Fray Tomás Sámano./ Que Bravo, vicepresidente de la República, y el ministro Ramos Arizpe se encaminaran a la brava hacia Santo Domingo es factible, si consideramos que no hay, como debería haberlo, ningún documento en las actas capitulares de la Orden, ni de su Provincial, que autorice, notifique o desautorice el entierro del doctor Mier en el convento donde brilló su elocuencia y donde fue castigada. Empero, creo que los dominicos, por haber sido la orden religiosa más comprometida con Iturbide, se desistieron de oponerse a las exequias. Su provincial, Luis Carrasco, capellán del emperador, no sólo lo sirvió publicitando la falsa secularización de Mier, sino que llevó a cabo "misiones espirituales" como convencer a liberales vacilantes de la necesidad de colaborar con el imperio. Ese precedente habría pesado sobre Carrasco, quien, ansioso de congraciarse con el gobierno, abrió al ilustre difunto las puertas del convento, que como todas las casas de religiosos, se hallaba en una situación calamitosa./ En diciembre de 1827 el clero debió de tener una mala opinión de Servando, pero no podía ir muy lejos en su encono. Desconocida por el Papa, la República Mexicana, definida por su constitución federal como católica, apostólica y romana, e intolerante ante cualquier otra religión, carecía de obispos consagrados por la Santa Sede. Esa orfandad canónica, colocaba a la Iglesia Católica en una situación precaria ante un régimen que, aunque católico, era antimonástico, y cuyo control lo disputaban las logias francmasónicas./ Abuelito de la patria, Servando deseaba evitarse angustias como las que revolotearían sobre la agonía del antiguo obispo Grégoire en 1831. Muerto en la comunión de los santos, como todo México lo sabía tras la procesión del 15 de noviembre, tocaba a la Orden de Predicadores, madrastra del tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, practicar la benevolencia con Servando el apóstata, tras haberle negado su libertad durante décadas. Dado que para la Orden su secularización nunca había tenido lugar, ninguna de las causas abiertas en su contra lo había despojado de los votos solemnes tomados en 1786, ni del derecho a descansar entre sus hermanos./ Al regresar a Santo Domingo, Mier, muerto feliz, cumplía la sentencia de 1800. En ese año final del siglo XVIII, los académicos reconocieron que su Sermón guadalupano estaba libre de herejía manifiesta, y al acatarlo, las autoridades virreinales consideraron que el controversista debería festejar su victoria amargando su vanidad en un convento de Santander. Fallecido como patricio de la República, Servando acató la vida conventual, criatura barroca para quien las mudanzas del mundo sólo garantizan el purgatorio. Victorioso como fundador del imperio de la x, la independencia de México, el doctor Mier no podía aspirar a ganar la mano completa. Reconoció en silencio, y quizá aliviado, su derrota: perdido o inexistente, su legendario y perdedizo breve de exclaustración era polvo./ La apostasía de Fray Servando había terminado y quien se fugó por primera vez de Santo Domingo en diciembre de 1794 volvía a casa. El clérigo vago dejaba de serlo. Imagino que los pocos hermanos que acompañaron a Mier en su entierro, algunos de los cuales serían también momias en unos años, sonrieron y dieron gracias a Dios, pues Servando tenía como sudario el hábito que detestó./ Cuando en 1842 su cadáver fue descubierto en perfecta desecación, la Orden lo reconoció de manera explícita como uno de sus hijos y lo mandó colocar en el osario principal del lado oriental del convento, gesto más significativo que cualquier autorización, emitida o no, en 1827. Acostumbrados a tener hermanos sulfurosos, con un orgullo discreto que aparenta indiferencia, los dominicos mexicanos lo reconocen, hoy, como al más célebre, tras Bartolomé de las Casas, de sus hermanos novohispanos./ Tras la inepcia hidraúlica de los conquistadores, en el acuático valle del Anáhuac que habría visitado Tomás el apóstol, quedaron zonas secas que absorbieron con rapidez las serosidades, conservando mediocremente algunos cadáveres, que de tan enjutos parecían torturados, aunque sólo estuviesen repeliendo el beso del gusano. Sería una grosería suponer que Servando calculó, tras un examen de la salinidad de los suelos, su momificación. Pero estaba familiarizado, sacerdote y fraile, con las reliquias, su olor y su comercio. En nada le habría sorprendido el descubrimiento de 1861. Estando en Roma, Mier anotó en sus Memorias: Los excavadores que hay destinados a ir descubriendo los cuerpos de los Santos mártires, si alguno les ha encargado algún cuerpo, le avisan cuando lo hallan; se conocen por la palma entallada en su sepulcro, y principalmente por la ampolla de su sangre. A veces suele estar grabado el nombre, lo que es muy importante para el rezo. Si no tiene nombre, se lo da el cardenal vicario, y esto llaman bautizarlos. No cuesta nada el cuerpo de un Santo; unas monjas de Roma ajustan los huesos, si se puede, y los visten como solemos verlos./ Para quienes vivimos fuera del catolicismo romano nada hay de familiar en que sea el descubrimiento casual de una reliquia mineralizada la llave para abrir alguno de los siete sellos del libro de una vida. Si las momias del Convento de Santo Domingo no hubieran ido a dar a la acera, llamando la prudente atención científica del doctor Orellana y excitando el entusiasmo literario de Manuel Payno, Mier habría permanecido todavía olvidado durante algunos años o varias décadas./ Es el cadáver el que hace posible la novela, como en tantas tramas policíacas. Al enfrentarse al misterio de la momia, Payno redescubre la escritura y rastrea los papeles que cuentan los recuerdos, viajes y aventuras de Servando. El olfato editorial de Payno hará posible que los alegatos servandianos —esencialmente la Apología y la Relación— cobren una forma —y una fortuna— que Mier mismo nunca habría previsto./ En el principio está el cadáver, una reliquia que en 1861 ninguna iglesia reivindica, no sólo por hallarse recién extintas las órdenes mendicantes, sino porque la momia pertenece a un liberal que contribuyó a perpetrar su propio destino como andrajo de polvo, tela y huesos puestos a precio de saldo en la vía pública. El doctor Mier sancionó, desde 1811, la extinción de los monasterios y de la vida conventual. Y al recuperar su honra como dominico se expuso a sufrir los ultrajes del cadáver insepulto, destino nada desdeñable para quien tantas veces se soñó príncipe de la Iglesia, gajes de la vocación del predicador destinado a hacerse escuchar entre la guerra y la paz, el papa y el emperador, el cristianismo y la incredulidad. Habiendo dejado a su república cristiana carcomida por las logias masónicas, era previsible que los osarios monásticos y conventuales fuesen violados, como durante el saco de Roma o el terror francés, por nuevos bárbaros./ La Iglesia, decía Stendhal ante las reliquias, siempre encuentra la manera de aumentar el horror de la muerte./ La momia de Servando, tras los últimos reportes de su probable presencia en América del Sur o en el Panóptico de la Inquisición de Bruselas, desapareció. Y si apenas percibimos las huellas de sus sandalias en Monterrey, en Madrid, en París, en Roma, en Lisboa o en Londres, es mucho pedirle a Mier unas memorias de ultratumba. A punto de caer en manos del comprador de momias, el doctor Mier era mierda, un despojo a traficar por un puñado de morralla. Servando temía la ausencia de posteridad como la deshonra sin remedio. Contrito y aterido ante el infierno del olvido, su cadáver clamó por su salvación en la literatura, esa vida eterna que sólo Manuel Payno podía darle, siempre y cuando siguiese, como lo hizo, el hilo que conducía hacia las Memorias secuestradas en 1820./ La reliquia quedó en las manos impías de la novela, como lo entendió, mejor que nadie, Reinaldo Arenas./ En El Libro de mis recuerdos, de Antonio García Cubas, aparece una fotografía de tres de las momias, colocadas como posando ante el lente. De ser Mier una de ellas, estaríamos ante uno de los pocos personajes históricos que, anteriores al daguerrotipo, tienen, como cadáveres, el retrato fotográfico del que carecieron durante su vida. Mier, doctor teológico, se abstuvo de esperar a la muerte sentado en el borde de su tumba, como lo haría un romántico. En muchas ocasiones se despertó en prisión con la alegría de quien abandona la fosa, y, confiando en la metaformosis del verbo y del predicado, encontró a las hormiguitas tan encantadoras como a las moscas del campo santo. Sólo algunos seres, como Servando, gozan del privilegio de tener algo de muertos y algo de vivos. Para él, esa forma de mutación sólo fue comprensible a través de la religión, mientras que para los modernos toca a la literatura expresar la majestad de esa inercia, a la vez fugaz y eterna, que las momias expresan de manera tan consecuente. En nuestro fraile predicador, el hábito y la piel se convirtieron en una sola materia, cuya siguiente mutación fue recado de escribir, literatura; antes que reliquia, nunca mierda, la momia se transfigura en jeroglífico, y ante nuestros ojos Servando, el códice extraviado, parece ofrecernos la clave de su desciframiento... Pero soy prudente. Fray Servando Teresa de Mier siempre nos lleva un paso por delante, y hay que hablarle a su fantasma antes de que él nos dirija la palabra. - / Inquilinos - Juan Villoro: Un neurótico que no soporta más de dos focos fundidos. La verdad es que soporto seis, pero no en su casa. Soy hotelero y acostumbro atestiguar rarezas. He visto gente morir sobre un plato de sopa. Pero la mayor parte del tiempo mi trabajo consiste en detectar pequeños desperfectos. Seis focos fundidos no son nada en un hotel de dos estrellas. Oswaldo no vive en un hotel de dos estrellas./ A veces me siento como un cuarto a punto de ser rentado. ¿Quemarán la sábana con el cigarro? ¿Se llevarán las toallas? Hubo una mujer que me trataba como si yo le ofreciera una suite con vista al estacionamiento, y yo traté a otra como si su alegría fuera un preludio para irse sin pagar la cuenta. Desconfianzas, tensas cortesías. Llaves numeradas. Gente en tránsito./ unas semanas de spring-breakers en Mazatlán dedicadas a rescatar adolescentes gringos de ahogarse en la alberca o en su propio vómito, la amistad es algo forzosamente discontinuo. Algunas veces, ante un tequila sunrise sostenido como dogma de mi profesión, he tratado de convencerme de que se trata de una condición buscada. La verdad, mis desplazamientos se han decidido por un mero azar. Todas las cadenas para las que he trabajado han sido vendidas. Durante los últimos cinco años acepté un sitio inferior a mi experiencia (Hotel Tortuga) que tuvo la virtud de parecer definitivo hasta que el azar volvió a intervenir (huracán William). Regresé al df con una liquidación que no permitía retirarme, pero en cierta forma me empujaba a abrir una pausa provechosa, así fuese en algo tan vago como "reencontrarme"./ Se considera un espía fotográfico. No toma retratos en plan furtivo; revisa imágenes ajenas con lupas, en busca de asombros inadvertidos en el "dibujo general del mundo". Detesta el lugar común "una foto dice más que mil palabras". Para él, las fotos dicen muy poco en sí mismas; deben ser investigadas, con tal esfuerzo que el hallazgo visual pertenece por entero al testigo y no al fotógrafo./ He visto suficientes turistas dedicados al furor japonés de cazar crepúsculos para simpatizar con la técnica de Oswaldo. Cuando lo visité en mi regreso a la ciudad, abrió un enorme libro con reproducciones del Greco. Sabía que no me gustaban esas caras derretidas por la fe y la mala vista del pintor. Gracias a sus lupas, había descubierto prodigios en las orillas de los frescos: siluetas preocupantes, ángeles expresionistas, casi abstractos. La técnica me impresionó sin convencerme de estar ante un detective de imágenes./ Mientras nosotros nos envenenamos con el consumo, él flota en trepidantes aguas puras. Más que su intransigencia, nos agravia su estupenda forma física. Pesca especies que no hemos visto y las come sin mayor trámite cultural que los mordiscos que le abrillantan los dientes. En años no ha refrigerado nada. Nada de nada. Al menos eso afirma en su tono de Talibán de la Salud./ Lo seguimos tratando porque la vida es rutinaria y porque burlarnos de él ayuda a sobrellevar nuestras pésimas costumbres./ La besé en la mejilla y sentí una tibieza que me hizo pensar que la sangre apenas circulaba por mi cuerpo. En ella, el bronceado parecía venir de un proceso interior. "Es el sol de mi casa", comentó como mujer egipcia./ insistió en que fuera a visitarlo, se despidió con un abrazo que duró lo suficiente para que yo fuera a verlo tres días después./ Entré en la casa donde tantas veces lo vi con su mujer. Sin ella, el sitio parecía desolado. Se diría que Felicia se había llevado hasta la pintura de los muros./ A las gemelas nada les gustaba tanto como hacer pasteles, pero no podían hacerlos sin llorar. Se pinchaban, les entraba mantequilla en los ojos, se les caía la masa al piso. Remigio se refería a ese pasatiempo eterno y dramático como "pastel llorado"./ Libre del infierno de gritos y platos rotos, la casa parecía tan acogedora como el sótano del Hotel Tortuga, donde las tuberías vibraban entre montones de sábanas. Recordé el aplomo con que Remigio soportaba los deditos embarrados de crema de sus hijas. Ahora sonreía con un afecto cansado. Parecía haber caído en desgracia ante sus muebles. Se refirió a Felicia con un cariño que lo enaltecía pero que juzgué inauténtico. Habló en tono rutinario de la maravilla de que sus hijas crecieran junto al mar, lejos del df y sus descomposiciones./ Durante años fracasó en conseguir inversionistas para producir un lápiz de labios que no se gastaba y un cuchillo que ganaba filo al cortar, objetos inagotables que no podían cautivar a una economía de lo desechable./ Revisé aquel sitio en que faltaban más cosas de las que había. Abrí el horno. Ahí encontré el molde para los pasteles. Todo hubiera sido más fácil si no hubiera estado ahí./ Parecía a punto de decir "la vida sigue" o "la vida da muchas vueltas", una de las frases con que nos resignamos a que los pielesrojas circunden la caravana./ Mitiga su soledad con el whisky, alguna mujer que puede no ser alquilada pero deja en el aire un perfume barato, demasiado dulce./ Fue tan lógico que ella lo dejara que él apenas se quejó./ Hubo un tiempo en que él quiso perder sus manos en la cabellera ensortijada de Felicia, y en que acaso lo logró, a juzgar por el comentario que ella hizo una tarde en que cayó por su departamento cuando yo estaba presente: "ése sigue fundido". Señaló un foco pero pronunció "ése" como si le perteneciera de algún modo o como si lo hubiera visto apagarse en un momento decisivo. En todo caso, se trataba de un recuerdo en contra del anfitrión./ Fue a la cocina y abrió un vino excesivo./ Parecía buscar un guante perdido./ Yo tiraba migas de tristeza en la sala./ He visto gente morir sobre un plato de sopa pero no estaba preparado para la casa vacía de Remigio o no lo estaba para su tranquila aquiescencia./ —Puedo tirarlo, si quieres —dijo con el énfasis rápido con que se dispone de una bagatela./ —Las lágrimas van en la receta, si no, no sabe igual./ Yo era un hotel mal llevado donde se confunden las maletas de los clientes. Remigio quiso decir algo de la soledad, pero lo atajé. No podría entender lo que se pierde cuando se pierden las cosas de los otros./
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TERTULIA - Guillermo Sheridan - TERCER ACTO - No hay cambio
No ha cambiado esa forma extravagante de saludar a la bandera que consiste en extender la mano derecha, como si los dedos fuesen un pequeño batallón de infantería dispuesto a morir por la patria, ponerla firmes ya y lanzar un marcial autokaratazo al corazón. El saludo militar, el mismo karatazo pero a la visera de gorra o sombrero, se entiende: es la versión minimalista de descubrirse la cabeza ante autoridad o símbolo justificado. Como no hay sombrero que quitarse, el saludo se traslada entonces al corazón, para significar lealtad, como si los corazones fueran leales y como si usaran sombrero.
No ha cambiado la suposición nacional de que cambiar un billete de cien pesos por cinco de veinte implica perder dinero.
No ha cambiado la forma de usar perfume de la mujer mexicana, ni su convicción arraigada de que es agradable agredir los olfatos de los vecinos, averiarles el sensorio y devastarles el gran simpático. La mexicana no usa perfume, lo ostenta; no insinúa, grita; no decora, pintarrajea. Aureolada con su nube de químicos canallas, violetas sicalípticas y feromonas de azúcar glass batidas con sudor de gitana, la mexicana arroja su hedentina punzocortante con violencia de género. (De los "varones" y sus lociones pegajosas de testosterona reconcentrada, mejor ni hablar.)
No ha cambiado la convicción nacional de que los cruces peatonales en las esquinas, señalados con rayas amarillas o blancas, equivalen al centro de un tiro al blanco para poder atinarle mejor a los peatones, sobre todo si son niños o personas mayores, que no han entendido la supremacía de la hojalata sobre la epidermis. Tampoco la de que un semáforo en rojo significa avanzar, ni la de que todo mexicano es un perito nato en accidentes de tráfico.
No ha cambiado el amor aborigen al ruido, ni la suposición de que la garantía de la nacionalidad sigue siendo hacerse de las primeras bocinas o el primer claxon. El mexicano piensa que hacer ruido fortalece la personalidad. Con un horror metafísico al silencio, intuye que la prueba irrefutable de su existir guarda una proporción directa con los decibeles que hace retumbar a su alrededor. El vecino que llega a su casa a las tres de la mañana chilla con su claxon para que "la gata" le abra. El joven ha convertido su auto en una bocina ambulante y recorre las calles feliz de que a su paso, en un kilómetro a la redonda, todo mundo se entere de que un negro talentoso con su media en la cabeza opina que fuck you tom tom fuck you nigga tom tom fuck you bitch. El rasgo definitorio del medio millón de microbuses que trasladan gente en la ciudad consiste en modificar su sistema de escape, agregarle "gargantas" y tubos cromados, para que produzca un rugido histérico de brontosaurio eyaculando que alegra a todo el mundo. El deleite de arrancar o enfrenar en las noches, convirtiendo los neumáticos en un largo alarido, sigue siendo un homenaje al berrido de los niños aztecas cuando les tocaba la suerte de ser desollados vivos.
No ha cambiado la idea de que toda acción acometida en bola, sea de la índole que sea (desde entrar a un restaurante hasta apoderarse de la tribuna del Congreso Nacional), tiene, por el simple hecho de que sus protagonistas van en bola, legitimidad instantánea, justificación moral y autoridad para arrasar con los derechos de los que no andan en bola. Andar en bola supone la creación de una república instantánea y fugaz, con tantos dictadores plenipotenciarios como miembros tenga la bola.
No ha cambiado la idea de que la canción "El rey" es bonita, ni la de que los charros churriguerescos, con todo y sus pistolotas bordadas, representan cabalmente el alma de la patria, hasta en el Museo Guggenheim. En cosa de disfraces, tampoco ha cambiado la forma de decorarse que tienen los obispos y cardenales, su fascinación pueril por el oro, el abalorio, las capas estrepitosas, las mitras y anillotes, encajes y bordados. Siervos de un carpintero, con apariencia de sillones clase media de estilo rococó.
No ha cambiado, si los programas de la tele son indicador fiel, la mexicana fe de la psique masculina en que la hombría se define esencialmente por el esfínter anal. El varón mexicano se siente obsesionado por ser violado, en especial por sus amigos o sus compañeros de trabajo; o desea serlo, o le da curiosidad ver qué se siente, o ya lo fue. En cualquier caso, esto se supone que es muy chistoso.
No ha cambiado la idea de que un líder sindical o gremial, del espectro ideológico o partido que sea, está puesto en su cargo democráticamente persécula para que sus afiliados lo miren, conmovidos, engordar y enriquecerse y comprarse sus cochezotes y sus corbatotas o sus mascaditas de seda, y para hacerle muchas reverencias mientras ven cómo le crecen sus güevotes.
No ha cambiado la idea de que la Coca-Cola es nutritiva y cura las enfermedades gastrointestinales. Ni la de que las botellas de plástico o las bolsas de celofán y plástico se tiran al suelo porque se convierten en provechoso abono para que florezcan los jardines y las banquetas. Tampoco la convicción de que dejar las varillas fuera del techo es elegante, ni la de que meterles en las puntas una botella de vidrio las hace funcionar como pararrayos. Tampoco la de que aventar zapatos tenis a los cables de luz o meter llantas viejas a las ramas de los árboles es decorativo. Ni la de que lanzar cohetones con tres kilos de pólvora hace sentirse muy contento al santito del barrio. Ni la de que ir al aeropuerto a esperar a alguien es emocionante, ni...
Y lo que menos ha cambiado es la idea de que como México no hay dos. -






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Hitch Script: Basic principles: No woman wakes up saying: "God, I hope I don't get swept off my feet today." Now, she might say, "This is a really bad time for me." Or something like, "I just need some space." Or my personal favorite: "I'm really into my career right now." You believe that? Neither does she. You know why? Because she's lying to you, that's why. You understand me? Lying. It's not a bad time for her. She doesn't need any space. She may be into her career... but what she's really saying is, "Get away from me now." Or possibly, "Try harder, stupid." Well, which one is it? % of all human communication is nonverbal. Body language. % is your tone. So that means that % of what you're saying... ain't coming out of your mouth. Of course she'll lie to you. She's a nice person, she doesn't wanna hurt your feelings. What else is she gonna say? She doesn't even know you. Yet. Luckily, the fact is that just like the rest of us... even a beautiful woman doesn't know what she wants until she sees it. And that's where I come in. My job is to open her eyes. Basic principles: No matter what, no matter when, no matter who... any man has a chance to sweep any woman off her feet. Just needs the right broom. You cannot use what you do not have. So if you're shy, be shy. If you're outgoing, be outgoing. - I'm not outgoing. - That's okay. She may not want the whole truth, but she does want the real you. She may not want to see it all at once, but she does want to see it. So tonight, when you're wondering what to say, how you look, or if she likes you... just remember, she is already out with you. That means she said yes when she could have said no. That means she made a plan when she could have just blown you off. So that means it is no longer your job to try to make her like you. It is your job not to mess it up. The shoes are hot. You went to the place I told you? Yeah, but I don't think they're really me. "You" is a very fluid concept right now. You bought the shoes. You look great in the shoes. That's the you I'm talking about. The key tonight is hang back. Give her plenty of space. If she lingers at a photograph, move on. But maintain the visual. It's supposed to be nice and clear tonight. So when you leave the club, walk a little. Ask her what she thought about the show... what was her favorite photograph, why that one. And when she answers, don't be looking at her mouth. Don't be wondering what she looks like naked. Listen to what she is saying and respond. Listen and respond. That way, when it's your turn to talk... you'll have something better to say than, "I like your mouth." What was your favorite one? The elephant, definitely. And all of a sudden, we're on date number two. Ready? No way. We're going back in there. You have to smile. In case you didn't go to high school, hitting is a good thing. So how does it happen, great love? Nobody knows. But what I can tell you, is that it happens in the blink of an eye. One moment, you're enjoying your life. And the next, you're wondering how you ever lived without them. Three dates is all I need. Three dates, and I'll get you here, to the high-stakes medal round... where eight out of ten women believe that the first kiss... will tell them everything they need to know about the relationship. After that, you're on your own. But always remember... life is not the amount of breaths you take. It's the moments that take your breath away. Did I call it or did I call it? I mean, what did I say, six months? And when was her first date? So five-and-a-half? God, I hate it when I'm right. WWWhat is it about guys that makes them want to screw anything that walks... even when they're going out with someone as awesome as Allegra Cole? She's only the most fabulous thing walking around New York. Thanks, Young. Are you kidding? Of course I'm gonna run it. Why should she waste her heart on some Swedish aristo-brat? Even if he is gorgeous. If he's stupid enough to cheat... the world should know he's dumb enough to get caught./ Besides, relationships are for people waiting for something better to come along. ~ Spoken like a true cynic. ~ I'm not a cynic. I'm a realist. ~ You are a realist masquerading as a cynic who is secretly an optimist./ You could find dirt in a snowstorm. ~ Comes with the job. ~ You know, kiddo, there is more to life than watching other people live it./ To sip mai tais? / You pick your shots based on what you see first... not what's necessarily best for you...in the long run. All of us are not married to the woman of our dreams and about to have a baby. Honestly, I just hope one day you're able to experience... the unconditional love, trust, and openness... that I share with Grace every single day. Because when you get to a place with a woman like that... it's so beyond anything physical that... / - What's his name? - Why? - I'm gonna Google him. - No. Google your own guy./ I'm just trying to keep my head above water./ You just have to relax and enjoy the ride. ~ I haven't been ridden in months./ Hey, baby, can I get a couple Coronas at the pool table, please? Thanks. Lime wedges in the bottle's fine. ~ Hey, asshole, I don't work here. ~ I'm sorry. The paramedics will have to come to get my foot out of my mouth, sweetheart. ~ Just don't let it happen again. ~I knew you didn't work here. ~You did? ~ How else was I supposed to get you away from all those guys? ~Why would you want to do that? ( Some guys naturally develop a comfort with the opposite sex. They like women, women like them. Everything flows naturally. Back in college, I was just not one of them. I seemed to lack the basic understanding... that my peers just intuitively grasped. But like any late bloomer, I was eager to make up for lost time. Her name was Cressida Baylor. Can you tell me where the registration building is? And my life would never be the same. - I'm Alex. - Cressida. The experience taught me a lot. And it's an education I feel obliged to pass on to my fellow men. Because with no guile and no game, there's no girl. And if there's one thing I've learned... when you orchestrate, coordinate, and otherwise mess with fate... it's best to fly under the radar.) / I hope she's single 'cause I don't do break-ups./ 'm a little uncomfortable with thiiis anyway. Definitely been hurt a lot. I had a lot of bad experiences. Some good ones. But definitely a lot of bad ones./ - So does she know you're interested? - No. Alive? I lent her my pen once./ You swing for the fence./ You know what it's like getting up every morning feeling hopeless? Feeling like the love of your life is waking up with the wrong man? You are flat out. Out of your mind. You know that? ~That's good. ~ It is? ~ You ever heard of Michelangelo? Heard of the Sistine Chapel? You saying you can do this? My name is Alex Hitchens. Let's go paint that ceiling./ Daydreams are for private time. When you're in the room, be in the room. Concentrate. Focus. Women respond when you respond to them./ Let's go over this one more time. What is the objective? Shock and awe. That was shockingly awful. What is the objective? Shock and awe./ If you want to be taken seriously as an adult... then start taking yourself seriously as an adult... / I'd like to see anybody in this room handle the attention and publicity... that she's had to deal with her whole life, with half her class. We should be taking advice from you, Miss Cole. Not the other way around./ Just relax! Okay? - Just let it marinate for a second. Trust me. - No! Relax. - It's Allegra Cole. - Answer it. - Could I speak to you a second? - Answer the door, Albert. Yes. Hi. What's up? Listen, Albert, right? - People don't usually talk to me like that. - Close your mouth, man. Let me rephrase that. People never talk to me like that. I guess it's kind of scary for them. But that's why I really appreciate what you did in there./ ~ I noticed your glass was getting low... so I took the liberty of bringing you another apple martini. ~Thank you. ~ And I couldn't help but notice you look a lot like my next girlfriend. ~What's your name? ~ They call me Chip. ~ You can't get them to stop? ~ That was funny. ~ Listen, I understand the courage it takes to walk across a room... and try to generate a relationship out of thin air. ~So don't take the following personally. ~You have fantastic eyes. ~Thanks. Try to listen. ~I'm just not interested. ~But thank you for the compliment of coming over. ~ You're welcome. So do you like Cuban food? ~ Chip, seriously, that was not code for, "I wish you'd try harder." ~Are you always so shut-down and afraid that the right man might make you... Feel like a natural woman? On the one hand, it is very difficult for a man... to even speak to someone who looks like you. But on the other hand, should that be your problem? ~ So life's kind of hard all around. ~Not if you pay attention. ~ You're sending all the right signals: no earrings, heels under two inches, your hair is pulled back... wearing reading glasses with no book, drinking a Grey Goose martini... which means you had a hell of a week and a beer just wouldn't do it. ~ If that wasn't clear enough... ~there's always the "fuck off" that you have stamped on your forehead. ~Who'd believe there's a man out there that can sit by a woman he doesn't know... ~ and genuinely be interested in who she is, what she does, without his own agenda? So what would a guy like that say? ~He'd say, "My name is Alex Hitchens and I'm a consultant." ~But she wouldn't be interested in that... ~ because she'd be counting the seconds until he left. Thinking he was like every other guy. ~Which, life experience has taught her, is a virtual certainty. ~ But then he'd ask her name and what she did for a living... ~ and she might blow him off. ~ Or she might say... I'm Sara Melas. I run the gossip column at the Standard. ~ And then he'd ask all these penetrating questions about her... because he was sincerely, if atypically, interested. But he'd see that there was no way... he could possibly make her realize that he was for real. Well, he could be funny and charming and refreshingly original. ~ Wouldn't help. ~ Don't you hate it when that happens? ~ Not really. ~ They'd both probably go on to lead the lives they were headed toward. ~ My guess is they'd do just fine. ~ It's a pleasure to have met you, Sara Melas. ~ Grey Goose martini from the gentleman who just left./ ~ Can I get you something to drink, Mr... ~ No, I'm fine, thank you. ~ So, tell me about her. ~ Have you ever met someone... and you knew right away she was gonna be important to you? Not just because of her looks, but that X factor. I don't know what it is about her. I just can't get her out of my mind. You know, food has lost its taste. Colors, they seem dull. Things that used to matter... I don't know, they just no longer do. I think things aren't gonna snap back unless I... Unless I bang her. ~ Excuse me? ~ You know, bang her. Clear my head. Get in, get off, get out. ~ I think you may have misunderstood what I do exactly. ~ No, I was told you help guys get in there. ~ Right. But, see, here's the thing. ~ My clients actually like women. Hit it and quit it is not my thing. ~ Let me make one thing clear to you, rabbi. I need professional help. ~ Well, that is for damn certain. And I'm glad you can admit it because generally that's the hardest part./ Power suit, power tie, power steering. People can wince, cry, beg, but eventually they do what I want. So that's, like, a metaphor. Well, I'm more of a literal kind of guy. So when I do this... is is more like me saying that I will literally break your shit off... if you ever touch me again. Okay, pumpkin? Got it./ I hate it when a guy calls a girl who did not give him her number./ Gossip never sleeps./ Do you know the definition of "perseverance," Miss Melas? ~ An excuse to be obnoxious? ~ Continuing in a course of action... without regard to discouragement, opposition or previous failure. Over. ~ Okay, Webster, how do I get rid of you? ~ Breakfast, Sunday.And you can barely even call that a date. You do that with out-of-town relatives that you don't even like. Over./ It was originally known as Oyster Island. The island was expanded to its present size... with dirt removed during the construction of the New York subway system. / You can't really know where you're going until you know where you've been./ Women like Allegra Cole don't pick up numbers they don't recognize./ It's gonna be loud in there... so this is our opportunity to break the touch barrier... in a non-sleazy way. So get to where it's loudest. Ask her if she'd like a drink. Lean in, place your hand on the small of her back... and say it in her ear like a secret. Watch your hand placement. Too high says, "I just wanna be friends." Too low says, "I just wanna grab some ass." / Special issues: Allegra Cole is a celebrity... which means that when people talk to her, they'll ignore you completely. She's classy, so she'll introduce you. When she does, shake hands hard and speak up. Let them know you're there. / Women can always tell when you're not being real with them. Worst thing you can do is try to fake it, because you are a great guy. And you do have something to offer Allegra that no other man does. What was your name? / A woman's best friend has to sign off on all big relationship decisions. So you can't afford to mess this up. So tonight, you focus on one thing and one thing only. Anything I see. Something in a magazine, out on the street... in an old movie./ Generally, I have a firm no-dancing policy./ Does this even look like dancing to you? That's just a little bit of me being me. No, that's you being a lot of something you don't need to ever be again. It's just one dance. - No./ One dance, one look, one kiss. That's all we get, Albert. Just one shot to make the difference... between happily ever after and: "Oh, he's just some guy I went to some thing with once." / Eight out of women believe that the first kiss... will tell them everything they need to know about a relationship. And believe me, she has definitely thought about it. - It's a very big deal! / You see what I'm doing? This is a signal. I'm fiddling with my keys. A woman that doesn't want a kiss... takes her keys out, puts them in the door, goes in the house. A woman that wants to kiss, she fiddles./ See, the secret to a kiss is to go %% of the way... and then hold. - For how long? - As long as it takes... for her to come the other %% ./ No, I said come %% and then I come %%! ; You don't go the whole %%! / Thank you. I'm gonna frame this for my wall of shame. ~Really? There's a whole wall? / Different chefs, different venues./ The longer you're married, the less you go out. In a couple of years, we're gonna end up bricked into our apartment like a Poe story./ Yeah, mostly marketing, little advertising, brand management.~ I have no idea what that means. ~ No one does. That's why I get to charge so much./ I'm a vault, baby. Locked down./ You're a morning person, aren't you? Well, like I always tell my clients: Begin each day as if it were on purpose. - Wow. Beautiful day. Yeah. - Beautiful girl. - Thank you./ Give me a ring sometime. I mean, on the phone. No, I definitely will./ Can you believe what a beautiful day it is... not? - What's wrong, pumpkin? - I'm so stupid. I ignored your advice. I went on that date. And you're right, there's no way he ever had a mother./ - Maybe I'll just die alone after all. - No, you won't. You'll meet a great guy with a great smile and you'll travel the world together./ And if I ever meet him, the only date he's gonna need is with a real doctor./ Have you seen your back? No, but I see my front and maybe we should be starting with some sit-ups./ Sweet Georgia Brown! / Ball is back in play after a -second timeout. She said people who are guarded are afraid... that you can see right through them. That's why they hide behind layers of secrecy or humor./ Well, aren't you a sight for sore eyes./ You can just sit back and relax.I got this all covered./ Let's see, what should we toast to? Never lie, steal, cheat, or drink. But if you must lie, lie in the arms of the one you love. If you must steal, steal away from bad company. If you must cheat, cheat death. And if you must drink... drink in the moments that take your breath away. Did you just make that up? Make yourself at home./ One, two. On three. Women will remain seated. Men will rotate to the left at the buzzer. You get two minutes each, four minutes total. So trade your talk time when you hear... the gong. If it's mutual, you get numbers. If not, better luck next time, okay? / Case, you are a living testimonial to the triumph of hope over experience./ But despite the pan-Germanic anti-Semitism... I'd still have to say my favorite is Wagner./ Basically, I like outdoor sports. But indoor sports have their place, too./ The truth? You wouldn't know the truth if it kicked you in the head./ Does it ever occur to women that maybe a guy might like to have a plan... because he's nervous? He's not sure that he could just walk up to you and you'd respond if he said: "I like you." / Why don't you go hit a titty bar with your buddy Vance? / You're a scam artist. - You trick women into getting... - Into getting out of their own way... / This is exactly why falling in love is so goddamn hard./ I'm not someone who likes to get involved past a certain point./ I see a cab and I wanna dive in front of it, because then I'll stop thinking about her./ Look, you will. Just give it time. That's just it. I don't want to. I've waited my whole life to feel this miserable. If this is the only way I can stay connected with her... then this is who I have to be. ~ No, you don't. You can change, you can adapt. You can make it so you don't ever have to feel like this. Ever again./ You wanna jump out a plane without a chute, be my guest. But forgive me if I don't join you./ My job is not to deceive, It's to create opportunities./ We should just both go our separate ways and then we'll do just fine. ~ What if fine isn't good enough? What if I want extraordinary? / I am a guy. Since when do we get anything right the first time? / I'm a realist, and I know what love does to people./ Because that's what people do. They leap and hope to God they can fly. Because otherwise... we just drop like a rock... wondering the whole way down: "Why in the hell did I jump?" / Alfie: You're lucky, you know. I rarely allow anyone into my flat.I know, I know, I know. Humble digs. Not exactly what you'd call a ''panty peeler. '' Do you know what I mean? But it suits me just fine. To be honest, I rarely spend a night in my own bed anyway. You see, here's my theory: For most women, if a guy's a good provider and generally a nice chap, six-pack abs really aren't a deal-breaker. On the flip side, however, even though the PC boyfriend sat next to you with his arm slung around your shoulder will deny it...And he will deny it. For us boys, it's all about F.B.B. Face. Boobs. Bum. I'm just being honest. It's been said that clothes speak the international language. And I have to admit, I'm a bit of a fashion whore. Unfortunately, today I've got work, and I have to tone it down a little bit./ What? No, no. I know what you are thinking. If you ooze masculinity, like some of us do, you have no reason to fear pink. Smashing. Now, in the cologne department, most men overdo it. Americans practically spray it on with a crop-duster. My rule: Nothing above the neck, though I do like a little splash on Big Ben. You never know where the day may take you. Almost forgot. New word for the day. ''Ostentatious: The attempt to attract attention to oneself.'' / So she's a tub of lard. The ship's already sailed, so why not make her feel good about herself, right? / I'd always been told that the most beautiful women in the world... resided in Manhattan. And when it comes to shagging birds, it's all about one thing: Location, location, location./ My priorities leaning towards wine, women... Well, actually, that's about it. Wine and women. Although, women and women is always a fun option. ...to live life to the fullest, I require only enough to cover my modest expenses. I've no desire to be the richest stiff in the cemetery./ I think this might just be my favourite position. I know it was President Kennedy's. He was such a great leader. Of course, JFK used the old bad-back excuse, but if you ask me, he knew it gave you maximum pleasure with minimum exertion. What is it about the back of a limo? Obligatory cuddling. Thousand one, thousand two... Cripes. Hey, I've gotta get cracking. You better hurry up. You don't want to keep her waiting. Quite the number, isn't she? Yet, she tells me her old man hasn't shagged her in six months. Six months. I mean, thank God there are gentlemen like me around to pick up the slack. Just look at her. Legs like a racehorse. Perfect yoga bum. I give her my highest grade: A-minus./ ~ What movie? ~ I don't know. What's the difference? ~ The difference is, the more detail you give, the less interested he'll be. ~ It wouldn't matter what I said. ~ It would never occur to Phil that another man - would ever look twice at me. - Dor, darling, you fishing for a compliment? You should know by now they only come from me when least expected./ There's one thing that puts me off marriage: It's married women. / Dorie doesn't know it yet, but you won't be seeing much more of her. I've got that all-too-familiar feeling. Sooner or later, she'll be wanting a little bit more than I'm able to give./ Wouldn't it be great if I was going home with you tonight instead of Phil the Pill? / It's definitely time to stage a disappearing act./ Oh, Dor? Your derrière looks really rather ravishing from this vantage point. See? A compliment when least expected. What can I say? Happy as a pup with two tails. And I think I've done old Phil a bit of a favour too. Of course, he'd be the last to see it. Never expect any thanks in this life./
You know what I mean? So Tuesday...

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